Medidas del gobierno francés contra el yihadismo. Perspectiva criminológica.


Ayer, navegando por la red, me topé con lo que, de entrada, se titulaba 'cómo reconocer un yihadista de tu entorno según el gobierno francés' (podéis  verlo si pincháis sobre el título). Lo primero que pasó por mi cabeza fue '¿qué narices es esto? ¿ahora resulta que se puede reconocer a un yihadista por la calle? ¿cómo? ¿van todo el rato gritando 'Ala es grande y os voy a matar a todos en su nombre'?. Pues, ni más ni menos, según el gobierno francés, puedes reconocer a un yihadista con estas sencillas observaciones:


1. Ya no se acompañan de sus amigos, pues los considera 'impuros'. Si dejas de quedar con tus amigos porque no te parecen lo suficientemente hipsters, y crees que son muy mainstream, entonces eres un yihadista. 

2. Rechazan los miembros de sus familia. Es decir, que si decides, por lo que sea, dejar de lado a tu familia, eres sospechoso de ser yihadista.
3. Cambian brutalmente sus hábitos alimenticios. Osea, que si decides hacerte vegetariano, vegano, o de repente te da por comer una dieta distinta, ¡alerta! ¡yihadista a la vista!
4. Abandonan la escuela o la formación profesional (aduciendo que el sistema de enseñanza forma parte del complot). Bueno, pues tengo una noticia para ti amigo, si decides abandonar tus estudios, por ejemplo, porque no tienes dinero para pagarlos, eres un potencial yihadista.
5. No escuchan música ni ven la televisión para alejarse de cualquier influencia negativa. Normal, si tienes que ver GH VIP y escuchar Justin Bieber, cualquiera sería un radical.
6. No  van al cine ni practican deportes en los que haya mujeres. Si, por ejemplo, no te apetece pagar un dineral en ir al cine y eres un sedentario que odia el deporte, también eres un yihadista. 

En definitiva, que según el gobierno de Francia, una persona que deja de acompañarse de sus amistades y familiares, deja de ver la televisión y de escuchar música, decide cambiar radicalmente sus hábitos alimenticios y abandona sus estudios, es, mágicamente, un terrorista yihadista. 

¡Hey!, pero no te preocupes, si tienes alguna duda sobre si tu vecino es un yihadista o sólo está depresivo, tienes un teléfono de ayuda para cualquier cuestión loca que te surja. 

Pero esto no es todo amigos, la campaña contra el yihadisto va más allá. El gobierno francés ha pensado que la mejor forma de detener el terrorismo es abrir una web y crear un hashtag (#Stopdjihadisme con el que disuadir a todo aquel que esté pensando en radicalizarse, bajo mensajes tan profundos como disuasorios: 'Si estás pensando unirte al ISIS, mala idea'.

Ahora pongámonos serios. Estas medidas cumplen con varios problemas sólo con echarle un primer vistazo. En primer lugar, se han creado bajo la angustia y el pánico de un país sumido en el terror tras varios días de incertidumbre en el que surgieron los ataques contra la sede de Charlie Hebdo. Como consecuencia, se han hecho deprisa y corriendo, y con todo lo que ésto acarrea: a mayor exposición a un mismo tema (en este caso, el terrorismo yihadista), mayor percepción del problema, y a su vez, mayor percepción del crimen, y como resultado final, mayor es el miedo social. Por supuesto que, por una parte, el hecho del exceso de información en estas últimas semanas tras el trágico suceso conlleva, ahora, un mayor conocimiento de la situación. Pero la continua exposición al mismo tema crea una sensación brutal de inseguridad, por parecer que el problema sigue ahí, una y otra vez. De repente no dejan de salir noticias y noticias sobre el mismo tema, pero, ¿dónde vamos a parar con tanta información tan poco gestionada?. La información es oro, pero mal utilizada puede ser tan peligrosa como una bomba de relojería.

Desde una perspectiva criminológica, las medidas establecidas por el gobierno francés contra el yihadismo conducen a lo siguiente:
- Paranoia social, miedo y percepción de que cualquiera puede ser un terrorista.
- A su vez, esto conlleva también fobias contra inmigrantes musulmanes y la ya famosa "islamofobia". 
- Esto conducirá, por consiguiente, a que aumenten los conflictos sociales respecto a la raza y la religión. 
- Aumentarán también el número de denuncias contra sospechosos yihadistas. Esto saturará los servicios policiales del país, que no podrán investigar como merece cada caso. 
- Cambios respecto al sistema de justicia penal, basados en el miedo social, y no en estudios sociales que acrediten cuáles serian las medidas adecuadas.

Para más inrri, se puede observar que estas medidas no están hechas ni pensadas por expertos en la materia (véase criminólogos, expertos en terrorismo yihadista y en criminal profiling, también respecto a este tipo de criminales), pues, en cuestión de dos semanas, se acaban de cargar años de investigación sobre el perfil criminal de un terrorista, el cuál, por cierto, no está para nada claro por los expertos. 

Ojalá fuera tan fácil identificar a un potencial criminal, y, si de verdad pudiera hacerse, ¿no habríamos ya paliado la criminalidad?.


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