¿Quién es el culpable?

Parece que ha llegado un punto en el que nadie está conforme con nada. La crisis se ha convertido en el sospechoso principal de todos nuestros males, y es que el ser humano parece tener la necesidad innata de culpabilizar a algo o a alguien para poder tener la conciencia tranquila.
Creo que ya va siendo hora de poner nuestras miradas en una perspectiva más amplia, y así contemplar que no todo es tan malo como parece, es más, nos inventamos nosotros mismos los problemas para aumentar el odio y la ira hacia el presunto culpable. ¿A qué me refiero con esto de inventarnos problemas? Me refiero, entre otras cosas, a un tema que parece ser una de las estrellas televisivas del momento: La supuesta falta de dureza de nuestro sistema penal.
Hace poco vi una imagen en la que comparaban la pena impuesta al creador de Megaupload contra la pena impuesta al asesino de Marta del Castillo, y lo primero que se me pasó por la cabeza fue "¿Nos hemos vuelto locos?". Cómo hemos podido comparar a dos personas que han sido juzgadas en distintos países, y por consiguiente, con distintos sistemas penales. Está mas que comprobado que aumentar la dureza de las penas no conlleva una reducción de la delincuencia, y no hay mejor ejemplo que Estados Unidos: país en el que se sigue aplicando la pena de muerte, y no por ello disminuye el índice de criminalidad. ¿Por qué? Pues la respuesta es muy sencilla: la solución del problema no está en liquidar al malo de la película, si no en estudiar su mente y su comportamiento para poder prevenir los delitos que puedan cometer en un futuro otros delincuentes.
La sed de venganza que sienten las víctimas de un delito no ha de ser saciada con un aumento de las penas, si no con labores de prevención al delito, y talleres de ayuda a las víctimas.

Es una pena que sigamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado, España es un país que no va nada mal, en cuanto a índice de criminalidad se refiere, pero nos empeñamos en sacarle pegas a todo lo que es nuestro. Es evidente (aun que parece que para algunos no lo es tanto) que los delincuentes y criminales siempre van a existir, y la forma de evitar la criminalidad (en la medida de lo posible) no es encerrando al culpable de por vida en la cárcel, si no mediante labores de prevención.

Como se suele decir: el mejor ataque es una buena defensa.